Soy una... / Lo muy Yo

Lo soy, muchos me lo dicen y yo jamás lo he negado, soy muy ojete, muy mala onda, muy antosocial. Soy desconfiada, sí mucho y por ello tengo pocas (a lo mucho dos) amistades cibernéticas. Nunca le doy dinero a la gente que pide limosna, menos sin son mujeres u hombres fuertes, que bien podrían estar trabajando, de lo que sea (porque una cosa es ser pobre y tener necesidad pero estar movido y otra estar tumbado en la calle sólo levantando la mano, qué cómodos, el hambre no los mueve). Poca gente me cae bien. Soy muy especial para hacer amigos y realmente no soy muy conversadora. Cuando conozco a alguien nunca sé qué decir. Con mis amigos, con mi novio y en casa es diferente, muy diferente.

Me molestan las señoras nacas en el metro a las 6 am, esas que se avientan cual mula suelta. Cada que le empujan pongo mi jeta de: "pinche vieja tercermundista".

Me caga la gente wannabe y en mi facultad hay muchos de esos, seudopoetas (que escriben mamadas como "corre/conejo/corre/kumbala), seudobohemios (que sólo les gusta empedarse) , seudohippies (marihuanos pues), seudoindigenistas (que usan huaraches, odian a McDonalds pero usan un celular de última generación), y la plaga de seudointelectuales (de la que ya hablé). Poca gente realmente es chingona, poca gente es realmente auténtica y son muy pocas las personas (compañeros de clase) a las que admiro y respeto.

Sufro de martes a viernes ya que a wevo debo pasar por la estación La Merced, huele a verdura echada a perder; No sé cómo he logrado sobrepasarla sin vomitarme en el vagón. Lo sorprendente es que creo que soy la única que se percata de tan desagradable olor.

Ya me desaté un poco, debo guardar más de mis trapitos para otro post.