miércoles, 26 de agosto de 2009

Intelectuales canal 22 vs. Académicos UNAM / lo literario


Conozco a un “poeta”, de esos que les han dado por llamar “poetas jóvenes”. Ese güey no sale de la Roma o de Coyoacán, vive cerca del parque México y usa lentes de pasta y sus saquitos, como todos. Se cree un intelectual porque opina sobre el asunto de Honduras y Naila es su rola favorita e la Downs. Hasta canta, y le gusta el jazz, (cosa que no le creo a la mayoría por la simple razón que es un tipo de música que para ser entendida se debe tener mucho conocimiento musical, o sea saber música en todo el plano técnico y no sólo ser un wannabe que por dárselas de muy “de mundo” finge entender una rola de jazz interminable. Yo no lo entiendo, por eso no me gusta y la verdad no lo escucho, para qué me hago pendeja) y escribe en esa revistilla libre que no diré tal cual porque NO QUIERO HACERLE PUBLICIDAD, es una mierda.
El caso con este güey es por una cuestión que a mí me encabronó mucho y sólo dejó entrever su IGNORANCIA y PENDEJEZ y nulo conocimiento de la literatura. Tengo un amigo que es Dr. e igual que yo estudió en la UNAM en la fac. de filos y letras la carrera de hispánicas. Es un naciente hispanomedievalista mamón pero que hace bien su chamba como profesional de la literatura. El poetita hizo este comentario, parafraseado por mí pero que deja claro su punto de vista muy idiota sobre los académicos: “El trabajo de ustedes (los académicos y profesionales de la literatura, o sea investigadores y críticos) no aporta nada, creen que todo es citar y no dan su opinión. El verdadero ensayo, el que vale la pena es el literario, el académico sólo es bien visto por la misma élite de académicos. Además, deberían mejor dedicarse a la poesía de hoy, en vez de rebuscarle cosas a lo antiguo.” Sin palabras, ¡qué pendejo!, la neta. Mi amigo se limitó a lanzarle una mirada de lástima y le respondió: “Ambos tipos de ensayo valen, porque tienen metas diferentes, uno es una simple opinión y el otro es un trabajo de investigación. No son iguales, por ello no pueden ser comparados como mejor o peor.” El poetita estudió en el Claustro, y no es por hacer menos ese colegio, pero ver a alguien egresado de ahí pensar de esta manera es vergonzoso. Creo que el poetita es incapaz de realizar un trabajo serio de investigación. No lo imagino buscando fuentes, analizando, comparar, discutir con estas fuentes. No es fácil confrontar a autoridades de la literatura. Siempre se puede decir algo nuevo de los clásicos. Quizá Dámaso Alonso estaba equivocado y un futuro académico se de cuenta y cambie la visión gongorina actual. Puede pasar y es válido, es válido cagarla en un estudio, sólo así se avanza.
Este poetita y otros SEUDOcríticos creen que hacen crítica. No, lo que publican en la revistita es simplemente una reseña. No es que la reseña no tenga una importancia pero a las cosas por su nombre. Crítica lo que han hecho grandes como Menéndez Pidal, Valverde, Dámaso. Y es que la crítica no es decir que es malo o bueno algo, es hacer todo un análisis de un texto, requiere un gran conocimiento de la época y del texto mismo. Es una chamba cañona y que a veces se lleva toda una vida.
No se vale que gente como el poetita estén en la televisión, dando datos erróneos y opiniones muy unilaterales, a veces fundamentadas en visiones actuales. Esto es, no puedo criticar un texto como el Corbacho con mi visión del siglo XXI. Para alguien de esta época puede ser misógino e insultante pero es una opinión que no puede ser permitida entre los “estudiosos”. Hace poco vi en el canal 40 a un chinudo pendejo decir: “la época del oscurantismo”, refiriéndose a la Edad Media, ¡PENDEJO!, esa es una etiqueta limitante y muy equivocada. No existió el oscurantismo, o bueno existe en su pinche cerebro porque para atreverse a decir algo así en tele hay que tener las ideas muy sombrías o inexistentes. Y es esta gente la que se ve en los programas culturales, la que opina en noticieros, a la que le dan voz en la radio. Los tachan de “expertos” y “conocedores de la literatura”, que me perdonen pero son escritores, a lo mucho. Expertos, para profesionales que se vayan a la UNAM, tenemos a una sorjuanista muy cabrona como la Dra. Dolores Bravo, a un hispanomedievalista-siglodorista importantísimo mundialmente, que seguro le hubiera escupido al pendejo oscurantista, el Dr. Aurelio González, al Dr. Rosado si buscan a un experto en literatura mexicana e iberoamericana, a otros grandes de la literatura española como el maestro Arturo Souto, el Dr. Federico Álvarez, y muchos más.
Una lástima que la gente tenga una impresión tan pobre de lo que es la literatura, como si se tratara de cosas elitistas, porque los escritorcillos-intelectualoides son así, y creen que la literatura es Octavio Paz, Cortázar y todo lo joven, lo de hoy.
Ah, igual estos güeyes le hacen el feo a los lingüistas, que hacen su chamba sin joder a nadie.
Así es esto, yo ahora me dedicaré a mis investigaciones. Ellos se lo pierden.

domingo, 16 de agosto de 2009

El infierno son los otros / lo filosófico


Los otros nos poseen, nos hacen su objeto, nos dominan y alienan: "La vergüenza está, en la raíz, vinculada con el hecho de que caí en el mundo". La esencia de las relaciones entre las conciencias es el conflicto. Ni siquiera el amor escapa al absurdo, ya que mediante él, intentamos cosificar al otro, acapararlo como objeto cuando lo amamos. Tampoco si somos amados escapamos del masoquista deseo de dejarnos atrapar y absorber como si fuéramos un ser-en-sí. El infierno es el otro.

martes, 11 de agosto de 2009

La suerte de la fea... yo la quiero. / lo musical.


Karen O, la vocalista de los Yeah Yeah Yeahs es fea, no hay duda de eso. Y no es una afirmación sólo mía, varios de mis cuates varones lo han dicho. Pero, ¿qué tiene mujer como ella para atraer a los hombres? Fácil, personalidad. Tener actitud y seguridad hacen el paro, en serio. Sofía Coppola también es fea y con todo y eso tiene sex appeal. Y no se trata de lo que buscan los hombres, es de cómo una como mujer se quiere sentir. No son choros feministas pero hay ejemplos de que si una se siente bien consigo misma tiene más armas para hacerle frente al mundo y por lo tanto para ser un sex symbol.
Patti Smith no es guapa pero es cabrona e inteligente. Ante un contexto punk muy masculino y mugrosón, ella logró salir triunfadora gracias a sus vanguardias musicales y no debemos olvidar que sus ondas filosóficas son densas y eso la convierte en una mujer de otro mundo. Sólida, independiente y admirada por millones.
Emilia Pardo Bazán fue una escritora española importante y era fea y gorda. Y no obstante tuvo muchos vigorosos jóvenes amantes. Y es que me cae que el conocimiento es poder, la inteligencia un sublime afrodisíaco y la seguridad un arma de seducción a la vista.
No me gusta hacer generalizaciones, porque no son buenas ni ciertas. Es muy pendejo afirmar que las “bonitas son tontas”, o que “sólo estando muy buena te van a voltear a ver”. No hay estudios científicos que digan que ser bonita o estar buena es relativamente proporcional a la ignorancia y la estupidez. Cindy Crawford si no mal recuerdo fue la segunda mejor de su generación en la universidad y es una supermodelo. Ser fea tampoco te aleja de ser idiota, basta ver a la dichosa “Amandititita”, que es fea con madres y medio taras.
Las mujeres citadas son inteligentes, saben hacer su chamba y eso es para admirar. Eso atrae en todos los sentidos, jala. Así de simple.

miércoles, 5 de agosto de 2009

13th / lo musical




Algo tropicalmente ecléptico paea variarle un poco al postpunk thecuresco al que estamos acostumbrados.

sábado, 1 de agosto de 2009

Ortega y Gasset "La deshumanización del arte" / lo literario



No se puede considerar a Ortega y Gasset como un filósofo en el sentido técnico del término. Su tendencia es a usar cada motivo como trampolín para una galana fecundidad de ocurrencias sin sistematismo teórico.
Existen dos tipos de personas: las que son capaces de percibir y disfrutar, entender una obra de arte y los que no, y ésto no significa que estén en un nivel de comprensión más bajo, simplemente no tienen el don, como dice Ortega. Y es que debe de existir cierta sensibilidad para poder ser capaces de deshumanizar el arte, de verlo como algo en sí y no como una simple representación a la cual relaciono en el sentido de la realidad. ¿Es menor el arte que pretende hacerme, a mí lector, sentir identificado o que pretende en una totalidad ser representación de algo que es o puede ser muy cercano a mí, o sea algo real? Podría tratarse de recepción o percepción de mi parte como lector.
Y nos preguntamos, ¿por qué la deshumanización del arte?, sin duda resulta algo fuerte pensar en ello, ya que el arte en sí es creado por “humanos”, pero Ortega habla más bien de alejar de lo humano el objeto artístico. Al momento en que nos identificamos con el objeto ocurre una humanización de éste, pero al observar el objeto y verlo como un objeto artístico en sí, se deshumaniza.
Ortega hace un comentario que cito: “No es tan evidente como suponen los académicos que la obra de arte haya de consistir, por fuerza, en un núcleo humano que las musas peinan y pulimentan”. Y es esto fundamental de entender y tener en cuenta, ya que no se trata de estilizar lo humano, si no de estilizar para alejarse de lo humano. Esto de las musas resulta una idea romántica, y carente de sentido en el estricto argumento de que el arte es creación que requiere de todo un proceso pensado, analizado para tener como resultado una obra artística totalmente deshumanizada.
La visión del poeta como creador, como alguien que se encarga de aumentar el mundo mediante sus imágenes, me resulta hermosa, y me hizo pensar que hasta mis propios pensamientos son creaciones nuevas, ya que nadie piensa de la misma manera que yo. Nadie ama como yo, nadie muere como yo, y es el poeta, el escritor aquel que crea nuevos “territorios” para admirar. Las deformaciones hechas en su proceso de estilización son las creadoras de lo “desreal”, de aquello que reconozco pero que no aprecio en tanto su condición de cotidiano o de cercano, de humano a mí.
La impopularidad del arte nuevo, de la que nos comenta Ortega, basada en dos “castas”: la que gusta de ésto y la que no. Pero será que la impopularidad del arte nuevo radica en cierta aberración hacia lo que no entendemos. Por otro lado, están los artistas “nuevos”, creadores de un arte nuevo y me sirvo con el ejemplo de la poesía. Los nuevos poetas que realizan sus versos sin ningún reparo en forma o fondo, en musicalidad, ni siquiera en ritmo y que presentan como poema algo que bien pudiese parecer prosa mal renglonada o tres versillos donde no se encuentra lógica. Todo ésto explicándolo como una nueva forma de creación, totalmente desligada de las normas y cánones. Otros bien lo podrían explicar como la falta de talento para realizar un buen soneto o la ineptitud para lograr ritmo en la poesía. Sería cuestión de revisar todos los casos.
La metáfora es el arma más grande del ser humano, ya que nos lleva a lo irreal, a lo estético, a aquello que podría darnos cierta “humanización deshumanizada”. ¿Así se evita el dolor y el terror hacia la realidad?, quizá sí, porque la metáfora es aquello que mata lo natural, lo daña, lo altera.
Al final Ortega y Gasset, se ve muy cerca e pensar que el arte nuevo no ha producido, hasta su momento, algo que valga la pena. Y aunque el arte nuevo obtenga todas las objeciones, éstas no podrán ser condenadas, por más razones que se pudieran tener para hacer tal cosa.
Al final, resultó un ensayo detonador de mil preguntas y de millones de razonamientos y hasta comparaciones ejemplares. Y cabe de ser mencionado que el texto de Ortega resulta tan actual, bien podría ser citado en alguna edición crítica de una antología de poetas nuevos, de escritores nuevos, de artistas nuevos. Y del lado de las artes plásticas, sería prudente hacer un análisis de lo que ocurre, cuando un artista presenta en alguna exposición un objeto tan cotidiano como una caja de zapatos, al que se le agrega únicamente una firma. ¿Se está deshumanizando tal objeto?, ¿es una rebeldía ante los cánones estrictos del arte?, ¿es una nueva visión del objeto artístico o de las representaciones de la realidad?, ¿será acaso la imposibilidad del artista de generar ideas nuevas y su único recurso es crear imprudentemente controversia un tanto vulgar y hasta irrisoria?